Curiosidades de cine: el cartel de Iron Man 2

El cartel de una película se cuida hasta el más mínimo detalle. Es normal que se elaboren varios modelos del mismo para adaptarse a cada país cambiando colores o el elemento que se destaca (algún actor, el director, el género, etc.). Esto da para un post muy extenso, que haré más adelante. Hoy me detendré en un cartel en concreto, el de Iron Man 2 (Jon Favreau, 2010). ¿Cuál es la principal diferencia entre el cartel de la izquierda, el primero que salió, y el de la derecha, el que se convirtió en definitivo? Y lo que es más importante, ¿por qué se cambió? La respuesta, dentro del post. 

PULSAR PARA VER EL CARTEL EN GRANDE

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La respuesta es que en el centro del primer cartel salía una gran explosión y en el segundo no. Sí, también es verdad que ha desaparecido Mickey Rourke y que los robots de la parte superior han permutado su posición, pero no fueron estos elementos los que provocaron el cambio. 
Pongámonos en la mente de un productor de cine de Hollywood. Ha contratado a Scarlett Johansson porque es una buena actriz y porque es muy conocida, pero esas condiciones también las cumple Meryl Streep. Hay otro motivo: está buena y eso atrae espectadores. Así que le dice al diseñador del cartel que a ella la saque con un traje ajustado, el cual le obedece poniéndola de espaldas para que se vea una parte de su anatomía que todos podéis imaginar. Genial, ya tenemos cartel. 
Posicionémonos ahora en la piel del representante de Scarlett Johansson. Está encantado con que su clienta esté en la que será la película más taquillera del año y cobre un cheque de varios millones de dólares, de los cuales se lleva un 15%. Un día le llega el cartel de la película y lo examina en profundidad para comprobar si el nombre de ella está donde se estipuló por contrato, si la foto escogida la favorece, etc. Al cabo de un rato repara en que el cartel tiene una disposición preocupante para la imagen de la señorita Johansson: del elemento de su anatomía resaltado sale una explosión provocada por una ventosidad atómica. Por lo visto, el representante montó en cólera y llamó al productor para que cambiara inmediatamente el cartel. Está claro que le hizo caso, evitando así el aluvión de chistes que podría haber provocado la imagen.
A nadie le convenía tener un efecto cómico no deseado en algo tan importante como la carta de presentación de una película que le reportaría millones de dólares.
La imagen en Hollywood lo es todo. 

BY DAVID RAMÍREZ