Críticas de series: The walking dead, season 2 finale

ATENCIÓN: SPOILERS DE LA SEASON FINALE DE LA SEGUNDA TEMPORADA DE THE WALKING DEAD. SI NO QUIERES ENTERARTE DE NADA, HUYE DE ESTE POST TROTANDO A UN RITMO NO EXCESIVAMENTE ALTO CUAL CAMINANTE

Comentaba yo por aquí al finalizar la primera parte de la segunda temporada de The walking dead que la espera había merecido la pena, y es que los fans de la serie nos sentimos finalmente recompensados con ese trágico climáx final en el que vimos salir del granero a Sofía convertida en zombi y que hizo que automáticamente valiese la pena haber soportado (y remarco lo de "sopor") los capítulos iniciales de la temporada en los que parecía que nunca pasaba nada. Al final, resulta que estaban ahí con un motivo clarísimo: "cocinar" el desenlace final para que éste fuese memorable.

Si miramos la temporada completa en su conjunto ésta ha seguido una clara dinámica in crescendo y, si bien el primer episodio tras el hallazgo de Sofía fue más calmado, poco a poco la acción y el drama han ido subiendo revoluciones para acabar en no ya una season finale impresionante por la acción y la angustia de ver a los supervivientes acosados por cientos de zombis en un claro homenaje a La noche de los muertos vivientes de George A. Romero, sino además por esos 2x11 en el que se cargan a Chanquete Dale como colofón a una fantástica historia de conflictos morales entre los supervivientes y ese alucinante 2x12 en el que por fin vemos el enfrentamiento definitivo entre Rick y Shane (muy western todo, con noche americana inclusive)... y éste se convierte en zombi sin haber sido mordido... y Carl le dispara... y una aparentemente interminable horda de zombis se lanza contra la granja al oir ese disparo. Como digo, en su final de temporada la serie ha adquirido un ritmo altísimo, tanto en la acción pura y dura como en el desarrollo de sus personajes: Herschel volviéndose pragmático, Glenn protector de Maggie, Daryl volviendo a preocuparse por el grupo, el niñato Carl volviéndose cada vez más frío y pretendidamente maduro aunque sin dejar de ser un niño asustadizo en el fondo... y sobre todo Rick, al cual el hecho de estar continuamente presionado y cuestionado como líder, incluyendo el haber tenido que matar a su mejor amigo y el ver cómo su mujer no lo apoya, ha dejado medio tocado.

Otros apuntes sobre la finale: a mi entender hicieron bien al no cargarse a ningún personaje principal en la masacre de la granja (si no contamos la caravana, claro) estando tan recientes las bajas de Dale y Shane aunque no creo que hubiese llorado demasiado por la zorráncana de Lori o el boniato de T-Dog, Andrea y Herschel se han ganado enormemente mi respeto con el paso de los episodios (qué cojones el tío ahí con su escopetaca defendiendo su casa), el hecho de que me oliese a kilómetros que los supervivientes estaban infectados (¡"No son vivos, son infectados!", que diría Enjuto Mojamuto) y que eso era lo que le dijo Jenner a Rick en la finale de la primera temporada no hizo que el momento en que nuestro protagonista se lo cuenta a los demás miembros del grupo fuese menos terrorífico (¿y ahora qué harán?), y una cosa que si no la digo, reviento: una de las hijas de Herschel ES Leonor Watling.

La tercera temporada promete emociones fuertes, y es que aquí un servidor no se ha leído aún los cómics (al menos no más allá del número 7) pero sólo con ver las opiniones de los fanboys al aparecer la imagen de la cárcel al final del episodio (al parecer un emplazamiento que es clave en los cómics) y viendo el debut del esperado personaje de Michonne (la caperucita de la katana), el anuncio del regreso del paleto Merle Dixon y, sobre todo, el golpe de estado de Rick Grimes declarando que está hasta los cojones de sus compañeros de viaje y que a partir de ahora se va a hacer lo que él diga uno ya se imagina que la vida de los supervivientes en los episodios venideros no va a ser precisamente la de esa casa de la pradera que fue la segunda temporada. Se acabaron las tonterías, amiguitos: en un mundo en el que ya apenas quedan personas, no tenía sentido que siguiesen existiendo las democracias.

By Albret Hitman