
Concluimos hoy nuestro ciclo de remakes recientes de pelis de terror con Noche de miedo, revisión del clásico de Tom Holland de 1985. La pinícula original era uno de mis flins favoritos cuando era pequeñito y, aunque ésta pasó por los cines sin mucha pena ni gloria, con el paso de los años terminó siendo considerada, con todo merecimiento, una peli de culto. La historia del pipiolo Charlie Brewster que descubre que su vecino es un sanguinario vampiro y busca ayuda en un charlatán de la tele es, pese a sus defectos evidentes (tufazo a serie b) y a esa banda sonora TAN ochentera (¡esos sintetizadores!), una película muy entretenida de principio a fin que merecía no acabar olvidada en un cajón. Quizás por ello, en plena era dorada de los remakes, a alguien se le ocurrió que era una buena idea rescatarla... y he de decir que el trabajo final ha sido bastante bueno.